La contaminación acústica, parece un mal menor pero es persistente y está afectando gravemente la salud de la población en Canarias. Aunque a menudo se pasa por alto, el ruido excesivo en nuestro entorno, ya sea de tráfico, construcción o incluso de actividades recreativas, tiene consecuencias directas en nuestro bienestar. La población está expuesta a niveles que superan los límites, lo que genera un impacto negativo en su salud física y mental.
¿Qué es la contaminación acústica?
La contaminación acústica se refiere a la presencia de sonidos no deseados o excesivos en el ambiente, que pueden ser perjudiciales para la salud y el bienestar de las personas y otros seres vivos. Estos sonidos pueden ser causados por diversas fuentes, como el tráfico vehicular, la construcción, los aviones, los trenes, las industrias y la música alta.
La OMS marcó el límite de 53 decibelios (db) como ruido soportable. Todo lo que esté por encima se considera perjudicial para la salud. Pero en Canarias, casi el 90% de la población que vive en Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife y Arrecife está expuesta a niveles de ruido perjudiciales para la salud.
Los efectos de la contaminación acústica en la salud humana pueden ser graves. En el corto plazo, puede causar molestias, dolor de cabeza, fatiga, estrés, irritabilidad y trastornos del sueño. En el largo plazo, puede aumentar el riesgo de hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, trastornos del sueño crónicos, trastornos de ansiedad y depresión.
El Instituto de Salud Global estima que en las islas se podrían evitar al año 30 muertes por infartos causados por el estrés que produce la contaminación acústica.
Entre los efectos adversos para nuestra salud:
Molestias y malestar: el ruido excesivo puede causar irritación, incomodidad y malestar en las personas, lo que puede afectar su calidad de vida y rendimiento.
Problemas auditivos: la exposición prolongada a niveles de ruido elevados puede causar daño auditivo permanente, incluyendo pérdida de audición y tinnitus o zumbido en los oídos.
Trastornos del sueño: el ruido nocturno puede interferir con el sueño, lo que puede tener un impacto negativo en la salud y el bienestar general.
Enfermedades cardiovasculares: la exposición crónica al ruido puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial, la enfermedad coronaria y el accidente cerebrovascular.
Trastornos de ansiedad y depresión: la exposición a niveles altos de ruido puede aumentar el riesgo de trastornos de ansiedad y depresión, especialmente en personas que ya tienen una predisposición a estos problemas.
Problemas cognitivos: el ruido constante puede interferir con la capacidad de las personas para concentrarse, aprender y procesar información.
Problemas físicos: el ruido constante también puede causar dolores de cabeza, fatiga y problemas gastrointestinales.
Nuestro servicio de Reconocimiento Médico es puede ser útil en el contexto de evaluar la salud en general de una persona, incluyendo posibles efectos de la exposición a la contaminación acústica.
Un reconocimiento médico completo puede ayudar a identificar síntomas o afecciones relacionadas con la exposición a la contaminación acústica, como trastornos del sueño, estrés crónico, problemas de audición o afecciones cardiovasculares.